Una imagen positiva del futuro es un poderoso activador del cambio en las personas, en las comunidades y en las organizaciones. ¿Por qué es importante pensar y visualizar el futuro? ¿Qué es lo que tienen en común las personas y las organizaciones exitosas? Más aún, ¿existe una relación entre poseer una visión optimista y profunda del futuro y estar en mejores condiciones de poder concretar ese sueño o ideal? Hace ya algún tiempo, mientras buscaba ideas que animaran a la reflexión en los entrenamientos de inducción —en los cuales era inevitable esclarecer acerca de la trilogía Visión, Misión y Valores, —e inclusive, en las aulas de la universidad me crucé con «El poder de una visión», un video muy inspirador que siempre daba motivo para pasarlo una y otra vez. Para presentar y echar luz sobre la importancia de visualizar el futuro, Joel Barker, se basaba en los lineamientos teóricos de tres autores que invitaban a abrir los ojos al futuro en campos muy diversos. El viaje comenzaba con una visión fascinante del Partenón de Atenas y culminaba con el testimonio de cómo Viktor Frankl, un médico psiquiatra austríaco, pudo sobrevivir los campos de exterminio nazi y fundar la escuela de logoterapia a partir de dar sentidoa estas experiencias. El argumento giraba alrededor de una idea central: una visión clara y optimista del futuro es una llave maestra para lograr transformaciones, especialmente en tiempos difíciles. Interesado en el futuro y en el negocio de los paradigmas, Barker inicia el recorrido con las investigaciones del escritor holandés Fred Polak, autor del libro «The image of the future». En su obra, Polak, postula que las imágenes de futuro tienen gran consecuencia para el futuro de cualquier sociedad: en concreto, se preguntaba si el “ascenso y la caída de las imágenes de futuro precede o acompaña al ascenso y la caída de culturas». Para Barker, el quid de la cuestión estriba en saber si la imagen positiva que tiene una nación acerca de su futuro es la razón del éxito de dicha nación, o bien si es el éxito de esa nación una consecuencia de su imagen positiva del futuro. Después de revisar distintas civilizaciones concluye que sin duda el éxito siempre está precedido de una visión positiva del futuro. En un segundo momento, basándose en los estudios de Singer, Barker expone que lo que distinguía a los estudiantes buenos de los mediocres era una mayor orientación y control sobre su futuro a largo plazo. Y lo ilustraba con el testimonio de Eugene Lang, un chico de Harlem que pudo llegar a la universidad, y que fue invitado a dar una charla motivacional en su escuela primaria. Recién cuando Lang hizo hincapié en lo importante que son los sueños de los niños pudo captar la atención del auditorio. Y remató: «los sueños de un niño que con la ayuda de la comunidad logra superar obstáculos económicos y familiares pueden motivar a ese niño a alcanzar metas extraordinarias». En este marco, una receta que no falla es estimular y nutrir los sueños de los niños sobre lo que aspiran a ser “cuando sean grandes”. De igual manera, la pregunta acerca del futuro parecía obrar milagros hasta en una situación tan límite como un campo de concentración. Víctor Frankl, superviviente de los campos de exterminio nazis, encontró allí que la clave estaba en proyectarse en el futuro. Entre los recuerdos aporta que cuando algunos de sus compañeros sentían que todo estaba perdido y que ya no podían sobrellevar los horrores de cada día Frankl los sorprendía recordándoles acerca de algo significativo que les quedara por hacer en la vida. Luego en su libro «El hombre en busca de sentido» reflexiona sobre la esperanza en la capacidad humana de trascender las dificultades (sic): «Siempre es esencial tener algo que hacer en la vida. Es una peculiaridad del hombre, que sólo pueda vivir proyectándose en el futuro, y es ésta su salvación aún en los momentos más difíciles de su existencia». Definir un rumbo, elegir el itinerario e invitar a que todos se suban a bordo es el desafío de los líderes en las organizaciones. Esta dinámica que se da en las naciones, en las escuelas y hasta en situaciones extremas, es la misma que se da en cualquier tipo de organización: una de las características de las empresas exitosas es que tengan un proyecto en el que la gente se puede incluir y participar, que se sientan emocionados por lograr ese propósito y que compartan un conjunto de valores. Las buenas noticias son que tener una imagen atractiva de futuro genera una energía positiva que moviliza y orienta todos los comportamientos del equipo hacia esa imagen. Referencias: Collins, James C. and Jerry I. Porras (1997). Built to Last: Successful Habits of Visionary Companies. First Paperback Edition. New York: Harper-Collins, p. 219-239.http://www.shkaminski.com/Classes/Readings/Collins%20and%20Porras.htm Frankl, V. (1946/1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder. Polak, F. (1973). The Image of the Future. Amsterdam: Elsevier Scientific Publishing Company. https://storyfieldteam.pbworks.com/f/the-image-of-the-future.pdf Singer, B. d. (1974). The future-focused role-image. En Toffler, A. (ed.), Learning for Tomorrow: The Role of the Future in Education, Nueva York.: Vintage Books https://elpais.com/diario/2006/12/03/eps/1165130817_850215.html