Ni en la primaria, ni en la secundaria, ni en la universidad resulta sencillo que los estudiantes comprendan lo que leen. A juzgar por los expertos esto se explica a partir de la compresión lectora, un constructo que resulta del interjuego de dos variables, por un lado la información que provee el texto, y por el otro, lo que cada lector puede aportarle (Carlino, 2005).
En nuestro país, a grandes rasgos los chic@s leen mecánicamente pero no parecen comprender lo que leen. Más aún ¿que está pasando con el pensamiento crítico en las aulas? Borzone (2023) apunta que «Los chicos terminan primaria y aún secundaria sin leer ni escribir y sin comprender textos. Esto sucede desde hace varios años» y según esta investigadora «la escuela de hoy es una fábrica de analfabetos» (Infobae 2023).
Ahora ¿qué ocurre en el mundo? Un fugaz encuentro con @Christophe Clavé arrojó un poco de luz sobre el asunto. Este autor advierte acerca de un dato revelador relativo al déficit del coeficiente intelectual de la población mundial. Según su análisis:»El coeficiente intelectual medio de la población mundial, que desde la posguerra hasta finales de los años noventa siempre había aumentado, en los últimos veinte años está disminuyendo…Lo atribuye a la vuelta del efecto Flynn. Parece que el nivel de inteligencia medida por las pruebas disminuye, asimismo, en los países más desarrollados.
Muchas pueden ser las causas de este fenómeno. El libro de Clavé «Les voies de la strategie» aún no ha sido traducido al inglés o al español así que accedí a este material a través de otras fuentes (no sé si curadas en redes sociales). El autor que reside en Suiza aclara que una de las causas podría ser el empobrecimiento del lenguaje. En efecto, argumenta que varios estudios demuestran la disminución del conocimiento léxico y el empobrecimiento de la lengua: no solo se trata de la reducción del vocabulario utilizado, sino también de las sutilezas lingüísticas que permiten elaborar y formular un pensamiento complejo.
Otro de los argumentos esbozado por este licenciado en Ciencias en la Universidad de París, recae en la desaparición gradual de los tiempos (subjuntivo, imperfecto, formas compuestas del futuro, participio pasado) da lugar a un pensamiento casi siempre al presente, limitado en el momento: incapaz de proyecciones en el tiempo.
Propone además que la simplificación de los tutoriales, la desaparición de mayúsculas y la puntuación son ejemplos de «golpes mortales» a la precisión y variedad de la expresión. Solo un ejemplo: eliminar la palabra «señorita» (ahora obsoleta) no solo significa renunciar a la estética de una palabra sino también fomentar involuntariamente la idea de que entre una niña y una mujer no hay fases intermedias. Remata: Menos palabras y menos verbos conjugados implican menos capacidad para expresar las emociones y menos posibilidades de elaborar un pensamiento. Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada proviene directamente de la incapacidad de describir sus emociones a través de las palabras.
Sin palabras para construir un razonamiento, el pensamiento complejo se hace imposible. Cuanto más pobre es el lenguaje, más desaparece el pensamiento.La historia es rica en ejemplos y muchos libros (Georges Orwell-1984; Ray Bradury-Fahrenheit 451) han contado cómo todos los regímenes totalitarios han obstaculizado siempre el pensamiento, mediante una reducción del número y el sentido de las palabras. Si no existen pensamientos, no existen pensamientos críticos. Y no hay pensamiento sin palabras. ¿Cómo se puede construir un pensamiento hipotético-deductivo sin condicional? ¿Cómo se puede considerar el futuro sin una conjugación en el futuro. ¿Cómo es posible capturar una tormenta, una sucesión de elementos en el tiempo, y a sean pasados o futuros, y su duración relativa, sin una lengua que distingue entre lo que podría haber sido, lo que fue, lo que es, lo que podría Ser, y lo que será después de lo que podría haber sucedido, realmente sucedió.
Queridos tod@s: LEER, RELEER APASIONADAMENTE, LEER EN DIALOGO ES AVANZAR HACIA ESA META. El arte de la lectura es central. Leer cuentos a nuestros hij@s, sobrin@s y niet@s es central. Quienes afirman la necesidad de simplificar la ortografía, descontar el idioma de sus «fallas», abolir los géneros, los tiempos, los matices, todo lo que crea complejidad, son los verdaderos artífices del empobrecimiento de la mente humana.
Es importante notar que Argentina es una de las economías más grandes de la región, que se halla inmersa en un ciclo de inestabilidad política e incertidumbre económica, que se repite en forma continua, desde hace décadas. ¿Cómo co-construir un país mejor? Apuesto a la educación, porque en ese esfuerzo está la libertad.
¡Basta de empobrecer a nuestr@s niñ@s!
+INFO: https://barresi.com.ar/profe-esto-es-para-ud-conocimiento-no-es-igual-a-comprension/
Referencias:
Carlino, P. (2005). Escribir, leery aprender en la universidad. Una introducción a la alfabetización académica. Buenos Aireas: FCE.
https://www.eldiariocba.com.ar/cultura/2021/9/12/el-coeficiente-intelectual-de-la-poblacion-mundial-disminuye-55993.html